Una lengua es fundamentalmente un medio de comunicación, organizado en torno a unas normas y unas convenciones. Pero las normas suelen ser flexibles y no son pocas las irregularidades y excepciones, por lo que las lenguas están sometidas a un proceso continuo de cambio.
Las lenguas evolucionan por razones diversas. En el mundo de hoy se necesitan nuevos términos para describir las nuevas tecnologías. Ordenador, correo electrónico, Internet, tecnología inalámbrica, nanociencia: todas ellas son palabras relativamente recientes.
Las raíces lingüísticas de Europa
Las lenguas evolucionan al hilo de la historia. Los movimientos migratorios han traído a Europa oleadas sucesivas de lenguas que, a su vez, se han ido transformando al ritmo de los acontecimientos. La caída del Imperio Romano, por ejemplo, propició un proceso que dio lugar al desarrollo de las lenguas románicas como el francés, el italiano y el español.
La mayoría de las lenguas europeas modernas proceden de un tronco común originario de Asia central o Anatolia, una lengua protoindoeuropoea cuya evolución exacta sigue siendo objeto de debate.
La mayoría de las lenguas europeas pertenecen a algún grupo de la familia indoeuropea:
- Báltico: lenguas bálticas orientales (letón y lituano) y occidentales (p.e. prusiano antiguo).
- Céltico: lenguas britónicas (p.e. galés) y goidélicas (p.e. irlandés).
- Germánico: lenguas nórdicas (p.e. danés y sueco) y lenguas occidentales (p.e. neerlandés, inglés y alemán).
- Románico: lenguas dacorrománicas (p.e. rumano), galorrománicas (p.e. francés), iberorrománicas (p.e. portugés y español), italorrománicas (p.e. italiano) y retorrománicas (p.e. romanche).
- Eslavo: grupos oriental (p.e. ruso), meridional (p.e. búlgaro y esloveno) y occidental (p.e. checo y polaco).
El albanés y el griego son también lenguas indoeuropeas, pero sin parentesco con los otros grupos de la familia indoeuropea.
Otras lenguas europeas tienen, sin embargo, raíces completamente diferentes. El estonio, el finés y el húngaro pertenecen a la subfamilia finoúgria de las lenguas urálicas, que se creen procedentes del oeste de los montes Urales, la Rusia actual.
El maltés es una lengua semítica de raíces árabes. Para el euskera, hablado por unas 800 000 personas, no se ha podido establecer relación con ninguna otra familia lingüística.
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