Como sucede en otros aspectos de los programas educativos, la organización de las tareas de inspección y de asesoramiento en el terreno de las lenguas varía considerablemente entre los Estados miembro e incluso en el seno de los mismos, y esto es debido a la diversa naturaleza de sus sistemas educativos y a su mayor o menor grado de descentralización. (Contrasta por ejemplo la tradición centralista del sistema francés frente al alemán o al español que transfieren buena parte de la responsabilidad educativa a sus regiones).
Algunos países no tienen inspectores, sino solo asesores. En aquellos que sí cuentan con inspectores, la tarea de estos implica un seguimiento directo y en persona de las prácticas de enseñanza y aprendizaje, para lo cual cuentan con un amplio margen a la hora de emitir juicios profesionales (por ejemplo, en el Reino Unido). En otros (como es el caso de Francia) la inspección puede incluir la evaluación individualizada de los profesores. Finalmente, en otros casos, el inspector no se ocupa de la observación directa de las clases sino que su labor se centra más en comprobar que se cumple la normativa ministerial.
En consecuencia, las oportunidades que tienen los profesores de lenguas de buscar orientación y ayuda varían considerablemente de un país a otro, por lo que es importante que el propio profesor tenga una actitud proactiva y se plantee, de entrada, algunas cuestiones básicas como las siguientes:
- Mi director o mi jefe de estudios… ¿se preocupan por la formación del personal docente? En caso afirmativo, ¿de qué modo puedo beneficiarme?
- ¿Cuenta mi escuela con un servicio de inspección y/o de asesoramiento? ¿Estos servicios tienen influencia en la evolución del desempeño del equipo docente? En caso afirmativo, ¿cómo puedo acceder a ellos?
- ¿Qué otros recursos o posibilidades de formación profesional existen? ¿Hay centros de formación de profesores? ¿Hay colegas o universidades que ofrezcan formación continua y actualización profesional? ¿Qué hago para estar al corriente de la oferta disponible? ¿Qué debo hacer para inscribirme en alguno de esos programas?
Sea cual sea la situación a este respecto en cada país, una elemento importante de cara al desarrollo profesional puede ser la autoevaluación. En ese caso, el profesor deberá preguntarse qué instrumentos existen para autoevaluarse y reflexionar a cerca de sus competencias y su práctica docentes. De cara a esa reflexión podrían resultar de gran utilidad documentos como el Perfil europeo para la formación de los profesores de idiomas, de la Comisión EU, o el Marco común europeo de referencia para las lenguas: aprendizaje, enseñanza y evaluación, del Consejo de Europa.
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